La actriz se ha dejado la piel bajo el tutú de una bailarina obsesiva en 'Cisne negro', la nueva película de Darren Aronofsky
Es el mejor papel de su carrera, dicen los críticos. Merecida candidata al Oscar. Natalie Portman se ha dejado la piel bajo el tutú de una bailarina obsesiva en Cisne negro, la nueva película de Darren Aronofsky. Lesiones e ibuprofenos dentro y fuera del rodaje. "Había días en los que pensaba que iba a morir", recuerda ahora la actriz en la revista Dominical.
Natalie Portman, este domingo en el 'Dominical'.
Interpreta ella misma el 90% de las escenas de danza. "Me sometí a una disciplina física tremenda", añade. Ocho horas de entrenamiento al día. No dormía más de cinco horas cada noche. Así que Portman se ha ganado a pulso el título de cisne negro. Siempre ha sido una rara avis en Hollywood. "Me temo que debo de ser una mujer muy desagradable cuando trabajo porque no suelo hacer amigos ¿confiesa la actriz--. Supongo que me da miedo introducirme demasiado en ese mundo. Para mí es muy importante mantener cierta distancia con él".
Sabe que transmite frialdad. "Soy consciente de que en ocasiones puedo resultar algo estirada y petulante porque hablo sobre libros durante horas, pero no me considero una intelectual ni nada de eso ¿-confiesa--. Me gusta leer, como le gusta a mucha gente. No soy un cerebrito. Me encanta hacer el tonto".
Es el mejor papel de su carrera, dicen los críticos. Merecida candidata al Oscar. Natalie Portman se ha dejado la piel bajo el tutú de una bailarina obsesiva en Cisne negro, la nueva película de Darren Aronofsky. Lesiones e ibuprofenos dentro y fuera del rodaje. "Había días en los que pensaba que iba a morir", recuerda ahora la actriz en la revista Dominical.
Natalie Portman, este domingo en el 'Dominical'.
Interpreta ella misma el 90% de las escenas de danza. "Me sometí a una disciplina física tremenda", añade. Ocho horas de entrenamiento al día. No dormía más de cinco horas cada noche. Así que Portman se ha ganado a pulso el título de cisne negro. Siempre ha sido una rara avis en Hollywood. "Me temo que debo de ser una mujer muy desagradable cuando trabajo porque no suelo hacer amigos ¿confiesa la actriz--. Supongo que me da miedo introducirme demasiado en ese mundo. Para mí es muy importante mantener cierta distancia con él".
Sabe que transmite frialdad. "Soy consciente de que en ocasiones puedo resultar algo estirada y petulante porque hablo sobre libros durante horas, pero no me considero una intelectual ni nada de eso ¿-confiesa--. Me gusta leer, como le gusta a mucha gente. No soy un cerebrito. Me encanta hacer el tonto".
No hay comentarios:
Publicar un comentario