jueves, 17 de febrero de 2011

La derecha está arrinconando a los socialistas.

Siempre a sido así en el aspecto de la influencia mediática en España.
La agenda político-mediática que desde Madrid se impone al resto de España -no a Catalunya, que tiene la suya propia- está dominada de nuevo por los escándalos. Pero en esta ocasión la dinámica no es la del tú más que ha marcado casi todos los capítulos precedentes. Ahora son el partido de Mariano Rajoy y los medios que siguen sus consignas los que dirigen y orquestan toda la sinfonía. Los socialistas se limitan a padecer. Tal vez porque bastante tienen con la economía y con tratar de evitar un desastre en las próximas autonómicas y municipales, aunque seguramente también porque han perdido mucha de la fuerza mediática que antes tenían.
La limitada capacidad de presión del PSOE, y la inexistencia de cauces para que se exprese la eventual opinión popular al respecto, permiten al PP lidiar sin mayores obstáculos el toro del nombramiento del candidato a la Generalitat valenciana. A pesar de estar imputado por la cuestión de los trajes y aunque casi todo el mundo está convencido de que estuvo implicado en la trama Gürtel, Camps ha logrado imponerse a la dirección central del partido y parece que será el nominado. Las falsedades y las réplicas igualmente falaces que se han dicho últimamente sobre el particular han quedado subsumidas por ese hecho.
Aparentemente resuelta así esa cuestión, la derecha dedica ahora sus fuerzas a dos frentes que pueden hacer mucho daño a los socialistas. A estas alturas del asunto, parece ya muy difícil que Alfredo Pérez Rubalcaba pueda salir indemne del caso Faisán o, como dicen los corifeos del PP, del «chivatazo a ETA». Es más, sus rivales han logrado dramatizar tanto el episodio -que hasta podía ser políticamente justificable en el momento en que se produjo- que la hipotética candidatura de Rubalcaba a la presidencia del Gobierno podría ya haber quedado archivada.
Volviendo, al tema de la capacidad de influencia que tiene la izquierda entre los medios de comunicación, podemos decir que la guerra la tiene pérdida. Los periódicos y medios en general de opinión y tendencia progresistas, se han dejado superar por la opinión de las voces conservadoras que están aupando en volandas a la derecha al poder. Esa es la clave del arrinconamiento que esta sufriendo el PSOE.
Mientras que los medios conservadores no vocean las alternativas del PP (si es que las tiene),  se dedican a dar noticias constantes de los puntos flacos de la izquierda.
Es extraño que las medidas económicas hospicianas por el gobierno, la mayoría de tipo interés conservador/capital, y por tanto del gusto de los periódicos conservadores, no hayan  recibido el apoyo de estos ¿por que? Seguramente, por que por encima de todo esta la  llegada al poder del PP, ese es el tema.

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