El Barça anuncia el acuerdo tras una discreta negociación y el técnico sigue con la filosofía de renovar de año en año
Al final de una aburrida tarde de martes, con el vestuario de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí vacío por el éxodo de los internacionales (solo quedan cuatro jugadores), Andoni Zubizarreta, director deportivo del Barça, y Josep Maria Orobitg, agente de Guardiola, se reunían discretamente en las oficinas del club para concretar una de las mejores noticias para el barcelonismo: la renovación del técnico hasta el 2012. Poco después se incorporó a esa cita Josep Maria Bartomeu, el vicepresidente deportivo, para cerrar los últimos detalles de unas largas y sigilosas negociaciones seguidas bajo el ritmo impuesto, en todo momento, por el propio Guardiola.
Ayer, cuando el presidente Sandro Rosell se encontraba en Ginebra (Suiza) participando en una reunión de los clubs europeos, se cerró casi por sorpresa el acuerdo, manteniendo la filosofía que ha defendido el entrenador desde que llegó al Camp Nou. No quería compromisos largos y sí renovar de año en año. Así lo aceptó también la junta, asumiendo que no podía convencer al técnico para que estampara su firma por más temporadas, a pesar de haberlo intentado repetidamente. Rosell llegó incluso a expresar públicamente su deseo de renovarle por los seis años de su mandato.
MARCAR EL RITMO / De momento, Guardiola no ha rubricado la ampliación del contrato hasta el 2012 porque, según explica el club en un comunicado de cuatro líneas, «lo hará en los próximos días». Tanto ha manejado Guardiola el ritmo que ha ido dilatando el acuerdo hasta que ha encontrado una rendija libre en el apretado calendario para anunciarlo. No estaban, curiosamente, ni Rosell ni tampoco el entrenador presentes en la última cita. Ambos estuvieron informados telefónicamente en todo momento del contenido de la reunión. Uno desde Suiza y el otro desde su domicilio. Cuando se alcanzó el acuerdo, que incluye a todo el grupo de trabajo que acompaña a Guardiola, el club divulgó la noticia que tranquiliza al barcelonismo, justo en el instante en que se había mitigado el intenso debate que generó en las semanas previas.
De esta manera, el técnico ha logrado liberarse de la presión que le ha acompañado en cada rueda de prensa, con un sinfín de preguntas sobre el tema. Un acoso que se se hizo más intenso en enero, coincidiendo con el primer aniversario de su renovación. Fue el día 20 cuando pactó y anunció en una multitudinaria rueda de prensa con Joan Laporta y Txiki Begiristain su continuidad tras verse agobiado por la insistencia popular. Llamó el miércoles 19 al entonces presidente azulgrana y le dijo: «Hablamos». Hablaron, dio su palabra de que seguiría a pesar de la incertidumbre que suponía la celebración de las elecciones. Luego renovó con Sandro Rosell, aunque la firma se dilató más de lo esperado por algunas diferencias. De hecho, el técnico estuvo dos semanas sin contrato.
RÉCORD Y MENSAJE / Esos flecos se han resuelto ahora en menos tiempo. Todo ha sido mucho más privado, favorecido también por la presencia como interlocutor de Zubizarreta, siguiendo los tiempos de Guardiola. ¿Cuándo se ha hecho? En el mejor momento, según considera el técnico. Se ha superado el complicado mes de enero que ha llevado al Barça hasta la final de Copa aprovechando, además, los siete puntos de ventaja que ha adquirido el equipo en la Liga sobre el Madrid. De esta manera, Guardiola envía un mensaje a los jugadores en el inicio de los cuatro meses decisivos de la temporada y, al mismo tiempo, deja de lado un asunto que podía desviar la atención. Un mensaje de confianza y tranquilidad, pero también de máxima exigencia.
En pocos días, el Barça ha vivido dos grandes momentos, llenos de simbolismo. El sábado, batiendo el récord del Madrid de Di Stéfano y ayer garantizándose que el autor de esta obra única seguirá en el banquillo. Guardiola-2012. Una marca que es garantía de éxito.
Al final de una aburrida tarde de martes, con el vestuario de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí vacío por el éxodo de los internacionales (solo quedan cuatro jugadores), Andoni Zubizarreta, director deportivo del Barça, y Josep Maria Orobitg, agente de Guardiola, se reunían discretamente en las oficinas del club para concretar una de las mejores noticias para el barcelonismo: la renovación del técnico hasta el 2012. Poco después se incorporó a esa cita Josep Maria Bartomeu, el vicepresidente deportivo, para cerrar los últimos detalles de unas largas y sigilosas negociaciones seguidas bajo el ritmo impuesto, en todo momento, por el propio Guardiola.
Ayer, cuando el presidente Sandro Rosell se encontraba en Ginebra (Suiza) participando en una reunión de los clubs europeos, se cerró casi por sorpresa el acuerdo, manteniendo la filosofía que ha defendido el entrenador desde que llegó al Camp Nou. No quería compromisos largos y sí renovar de año en año. Así lo aceptó también la junta, asumiendo que no podía convencer al técnico para que estampara su firma por más temporadas, a pesar de haberlo intentado repetidamente. Rosell llegó incluso a expresar públicamente su deseo de renovarle por los seis años de su mandato.
MARCAR EL RITMO / De momento, Guardiola no ha rubricado la ampliación del contrato hasta el 2012 porque, según explica el club en un comunicado de cuatro líneas, «lo hará en los próximos días». Tanto ha manejado Guardiola el ritmo que ha ido dilatando el acuerdo hasta que ha encontrado una rendija libre en el apretado calendario para anunciarlo. No estaban, curiosamente, ni Rosell ni tampoco el entrenador presentes en la última cita. Ambos estuvieron informados telefónicamente en todo momento del contenido de la reunión. Uno desde Suiza y el otro desde su domicilio. Cuando se alcanzó el acuerdo, que incluye a todo el grupo de trabajo que acompaña a Guardiola, el club divulgó la noticia que tranquiliza al barcelonismo, justo en el instante en que se había mitigado el intenso debate que generó en las semanas previas.
De esta manera, el técnico ha logrado liberarse de la presión que le ha acompañado en cada rueda de prensa, con un sinfín de preguntas sobre el tema. Un acoso que se se hizo más intenso en enero, coincidiendo con el primer aniversario de su renovación. Fue el día 20 cuando pactó y anunció en una multitudinaria rueda de prensa con Joan Laporta y Txiki Begiristain su continuidad tras verse agobiado por la insistencia popular. Llamó el miércoles 19 al entonces presidente azulgrana y le dijo: «Hablamos». Hablaron, dio su palabra de que seguiría a pesar de la incertidumbre que suponía la celebración de las elecciones. Luego renovó con Sandro Rosell, aunque la firma se dilató más de lo esperado por algunas diferencias. De hecho, el técnico estuvo dos semanas sin contrato.
RÉCORD Y MENSAJE / Esos flecos se han resuelto ahora en menos tiempo. Todo ha sido mucho más privado, favorecido también por la presencia como interlocutor de Zubizarreta, siguiendo los tiempos de Guardiola. ¿Cuándo se ha hecho? En el mejor momento, según considera el técnico. Se ha superado el complicado mes de enero que ha llevado al Barça hasta la final de Copa aprovechando, además, los siete puntos de ventaja que ha adquirido el equipo en la Liga sobre el Madrid. De esta manera, Guardiola envía un mensaje a los jugadores en el inicio de los cuatro meses decisivos de la temporada y, al mismo tiempo, deja de lado un asunto que podía desviar la atención. Un mensaje de confianza y tranquilidad, pero también de máxima exigencia.
En pocos días, el Barça ha vivido dos grandes momentos, llenos de simbolismo. El sábado, batiendo el récord del Madrid de Di Stéfano y ayer garantizándose que el autor de esta obra única seguirá en el banquillo. Guardiola-2012. Una marca que es garantía de éxito.
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