La muerte de cuatro niños de etnia gitana durante un incendio, el domingo por la noche, en un campamento ilegal en Roma suscitó ayer un aluvión de críticas contra la alcaldía, después de que el pasado verano, en un incidente similar, perdiera la vida un menor. «Es una vergüenza para la ciudad de Roma y para nuestro país», clamó la Comunidad de Sant’Egidio, organización católica muy activa en la defensa de los derechos de los gitanos.
Los hechos se produjeron durante las horas de oscuridad, y fueron originados, con toda probabilidad, por una estufa de leña que los pequeños habían encendido para calentarse durante la noche. En el momento del suceso, los menores fallecidos se encontraban solos en el interior de la barraca en la que vivían desde hacía un año ya que los padres habían salido a comprar a un restaurante de comida rápida.
Otros cuatro hijos de la misma familia se salvaron de las llamas al encontrarse fuera de la barraca en el momento del incendio, señaló el diario Il Messaggero . Fue precisamente una hermana de los cuatro fallecidos la que dio la voz de alarma al ver las llamas que envolvían la barraca, aunque los bomberos no pudieron hacer nada por salvar la vida de los pequeños, que fallecieron carbonizados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario